Tocados de
Luna
De
Ines Múñoz
Aguirre
TOCADOS DE LUNA De INES MUÑOZ AGUIRRE EL
ESCENARIO ESTÁ BAÑADO DE UNA ESPECIE DE LUZ MISTERIOSA, DONDE SE CONFUNDEN LAS
SOMBRAS. AL FONDO UNA CASA. LA
FACHADA ES COMO UNA PINTURA. MEZCLA DE IRREALIDAD Y REALIDAD.
EN UN ÁNGULO MÁS ALTO CUELGA UNA GRAN LUNA LLENA DE CARTÓN. SEBASTIÁN ENTRA
EMPUJANDO UN PEQUEÑO CARRITO DE MERCADO DONDE TRAE CARTONES, LATAS Y
DESPERDICIOS. SILBA UNA CANCIÓN DE TONO TRISTE Y DRAMÁTICO. DEJA EL CARRO A UN
LADO Y OBSERVA DETENIDAMENTE A SU ALREDEDOR. VA HASTA EL CARRITO DONDE BUSCA
ENTRE LOS DESPERDICIOS HASTA SACAR UNA BOTELLA. LA DESTAPA Y BEBE. EL
ALCOHOL CORRE POR SU CARA Y SU ROPA. SE LIMPIA LA BOCA CON EL DORSO DE LA MANO. SACA UNA BOLSA.
SEBASTIAN:Amapola……..Amapola……………………(Da
vueltas entre los desperdicios)……Amapola, Amapolita…¡Ven chica, que te traje
que comer!….Amapola…Amapola…Amapoola. ¡Caray con esta gata! Bueno pues está
bien, escóndete si te da la gana, pero después no vengas a fastidiarme con el
cuento de que tienes hambre……Si no tuviera nada de comida seguro que ya estarías
aquí……..Amapola, ¡chica! Sal de donde estás. (Busca un rincón y se sienta. Saca
de la bolsa un pan largo y duro) Amapola, esta es la última vez que te
llamo….Amapola a la una……Amapola a las dos…….Amapola a las tres. (Hace el gesto
de que va a partir el pan. Atrás de los cartones acumulados se oye un ruido
seco de algo que se cae) ….Ajá, ja, ja….ya andas por ahí yo te conozco gata
mañosa, sal de una vez por todas sino quieres que me enfurezca y no te de nada
de nada.(Se para y da una patada en los cartones, mientras protesta) . Sal
pues. Sal. Ah no……¡Que va mijita! (Da la vuelta y se vuelve a sentar, agarra el
pan y de nuevo intenta partirlo, cuando se vuelve a escuchar el ruido). Pero
bueno. ¿Qué vaina es?…¡O sales o no sales! ( Da una patada tras otra)
CARMEN: (Asomándose lentamente) ¡Ya!…Ya que
me …
SEBASTIAN: ¿Quién eres tu?……¿Qué haces ahí?
(Sale corriendo y agarra un cuchillo con lo que la amenaza) Sal ya si no
quieres que te clave esto en las tripas.
CARMEN: No,no. (Tratando de soltarse de Sebastián
quien la tiene agarrada de un brazo) Pero bueno chico. ¿Por qué me vas a
matar?…Yo no te estoy haciendo na’ .
SEBASTIAN:(Se acerca más a ella e intenta
agarrarla de una oreja) Vamos…vamos..
CARMEN: (Revelándose) No me toques o te
mato yo a ti. (Saca una navaja y se la enseña)
SEBASTIAN: Sal de ahí sucia…¡Cochina! ¿Qué
vas a matame tu a mi, si no tienes cara de podé matar ni una mosca?
CARMEN: Ay si……porque tu estás tan
limpiecito…¿Verdad?….¡Que susto que me das! En lo único que puedes tené razón
es en que tienes una cara de delincuente que ya no puedes con ella.
SEBASTIAN: ¿Qué es lo que quieres? Habla de
una vez.
CARMEN: Na’ ..Na’ . No quiero na’.
Solamente que tenía frío y me quedé dormida ahí, pues. (Va saliendo con cuidado
y siempre mostrándole el cuchillo a Sebastián)
SEBASTIAN: Bueno, vas sacudiéndote de aquí,
porque este es mi territorio y nadie entra en él si yo no lo he invitao.
CARMEN: Ajá… ¿Qué tenía que hacer? ¿Esperar
una tarjeta de invitación para venir a visitarte? ¡Nooo chico!…Si ni siquiera
sabía que tu vivías aquí….¡Si no te había visto nunca, pues!
SEBASTIAN: Te vas de aquí….Te vas de
aquí……Es la última vez que te lo digo. Yo no ando invadiendo el territorio de
nadie. Así que más vale, que te vayas pintando ya de estos metros cuadraos
CARMEN: (Burlándose) ¡Que carácter.!…(Se
enseria) Tá bien pues. Ya aprendí. Este es tu territorio. ¡Tu territorio! Yo no
estoy diciendo lo contrario….Jamás lo dije y ni siquiera lo pensé. ¿ Qué tiene
de malo que si iba por aquí de paso haya aprovechao de échame un sueñito? Yo
soy un ser humano que se cansa, por si no lo has entendío.
SEBASTIAN: No tiene nada de malo. Pero te
me vas…¡Te me vas! Porque a mi no me importa que clase de problema o de
cansancio puedas tener tu. (Se da la vuelta ignorándola. Se sienta. De nuevo
agarra el pan. Se lo pasa frente a la nariz oliéndolo)
CARMEN:(Observándolo con detenimiento)…¿Qué
es eso?
SEBASTIAN: ¿Qué?
CARMEN: Eso que te vas a comer.
SEBASTIAN: ¿Cómo qué que es? ¡Pan! ¿No
estás viendo que es pan? CARMEN: Ajá. (Humilde)
SEBASTIAN: (Se mete el pedazo de pan en la
boca y lo muerde) Uuuhhh.
CARMEN: ¿Está bueno?
SEBASTIAN: ¿ Qué cosa?
CARMEN: El pan, pues. El pan.
SEBASTIAN: Ajá.
CARMEN: (Desplazándose de un lado a otro y
observando a su alrededor) Te puedo echar una barridita aquí. Seguro que tu
tienes una escoba, encondiita en ese suburbio de cosas.
SEBASTIAN: No quiero que me barras nada.Ya
te lo dije, este es mi territorio y yo vivo en el como me da la gana, lo único
que quiero sabé es ¿Qué esperas que no te vas?
CARMEN: Bueno…Bueno…no se. Te…Te…
SEBASTIAN: Bueno chica. Déjame comé
tranquilo…..y vete de una vez. No te lo repito más.
CARMEN: Está bien pues…Me voy. Me voy….De
mejores lugares me han botao…(Hace movimientos lentos tratando de engañar a
Sebastián de que se va a ir)
SEBASTIAN: (Se vuelve a sentar a comer.
Carmen se acerca sigilosamente. Mira fijamente el pan)
CARMEN: Bueno, ya me iba…pero, pensé que….
SEBASTIAN: A pues, ahora si es verdad que
la puse.
CARMEN: Es que yo tengo aquí una botellita
con agua. A lo mejor…..
SEBASTIAN: ¿Qué?…¿Qué?…¡Suelta de una vez!
CARMEN: A lo mejor quieres un poquito, pa’
pasá el bocao. Bueno, digo yo.
SEBASTIAN: No. No quiero. Yo no tomo agua.
Te puedes ir, que yo tengo mi botellita de ron. Que eso es lo que tomo yo.
CARMEN: ¡Ah bueno! Tu pareces rico pues.
¡Muy rico! Tienes pan y tienes ron. Yo pensé que….Bueno es verdad, mi agua no
te sirve de na’.
SEBASTIAN: Ajá.
CARMEN: Me voy pues. (Guarda el cuchillo en
su bolso)
SEBASTIAN: Adiós.
CARMEN: (Sale caminando apresuradamente y
se cae) ¡Ay caray! Esto es lo único que me faltaba.
SEBASTIAN: (Sin acercarse)¿Qué es lo que
hiciste, ahora? CARMEN: Me caí pués..¿No estás viendo?
SEBASTIAN: Párate de ahí y te vas…
CARMEN: No puedo vale. ¡No puedo! ¿No ves
que se me torció el tobillo? (Se queja escandalosamente sobándose el pie)
SEBASTIAN: Ahora si. (Se acerca hasta donde
ella está) Además de entrometía, también me salió delicada.
CARMEN: No soy delicá na’, vale. Me dejas
de está diciendo cosas. Hablando lo que no sabes.¿ A qué no adivinas cuánto
camino yo?
SEBASTIAN: ¿Cuánto?
CARMEN: Veinte kilómetros diarios.
SEBASTIAN: ¡Ja! Eso no te lo crees ni tu
misma.
CARMEN: Ah no…a ti lo que te pasa es que te
da rabia, porque seguro que tu no caminas ni la mitad.
SEBASTIAN: No voy a discutí contigo chica.
CARMEN: (Recuerda de pronto el dolor del
pie y comienza a quejarse de nuevo)¡ Ay..ay..Mi pie…Mi pie..Mi pie!
SEBASTIAN: Está bien.(Se acerca más a donde
está Carmen. Se agacha agarrándole el pie y moviéndoselo fuertemente) Pa’ ve
que fue lo que te pasó en el pie.
CARMEN: ¡Ay bruto! No me des tan duro que
me duele.
SEBASTIAN: (Revisándole el pie) Está bien
pues. Ganaste. Si tienes el pie ese doblao.
CARMEN: Ahora no me voy a podé dir.
SEBASTIAN: Bueno. Bueno quédate ahí. Pero
no me molestes.
CARMEN: No.No.Yo no te voy a molestá. No me
tienes que está rogando na’ . Ni aclarándome que ésta es tu propiedad. ¿ No ves
qué yo sí me tengo que dir? ¡Claro que me tengo que dir!
SEBASTIAN: Vete pues. ¡Vete! Tu como que
eres el espíritu de la contradicción. Te digo que te vayas y te quedas. Te digo
que te quedes y te vas. Vete de una vez pues.
CARMEN: No es que me quiera dir. No. Porque
de verdad este pie me está doliendo. Pero me tengo que dir a buscar algo de
comé.
SEBASTIAN: ¡Ajá! Porque…ahora me vas a
venir conque no has comido. CARMEN: Pues sí, no he comido na’ en todo el día….y
ya estoy sintiendo así, como unos puyazos. Aquí en la barriga.
SEBASTIAN: Bueno, bueno. Déjame pensar…(Se
queda observando el pan)
CARMEN: Anda chico. ¡No seas malito! Dame
un poco de ese pan.
SEBASTIAN: Un momento. Un momento. Sin
mucho ruego. ¿De acuerdo? Porque si te doy es porque yo quiero. Por más nada…
CARMEN: Está bien pues. No he dicho na’. Y
además que te quede claro que tampoco es que te estoy rogando.
SEBASTIAN: Bueno. Entonces, déjame ver.
CARMEN: Yo no le ruego ni a papá Dios, pa’
que lo sepas…….
SEBASTIAN: Yo mejor ni te oigo, por que si
no, si es verdad que no te doy na’. CARMEN: No me oigas. No me oigas. ¡Total!
SEBASTIAN: Entonces chica, ¿Quieres el
pedazo e’ pan, si o no? CARMEN: Bueno si.
SEBASTIAN: Déjame ver.(Da vueltas como
pensando)…¿Desde cuándo es qué no comes?
CARMEN: Desde ayer.
SEBASTIAN: Gran cosota. ¡Gran cosota! Yo a
veces he pasado hasta tres días sin comer.
CARMEN: Pero tu eres más fuerte que yo.
SEBASTIAN: Ah eso si que es verdad…(Se sube
la camisa y le muestra el brazo, doblándolo hacia arriba) Mira. Mira. Puro
músculo. Como si hiciera ejercicio pues.
CARMEN: (Agarrándolo) Oye si…Que brazos tan
duros, vale.
SEBASTIAN: Suelta pues. Suelta…¿Qué
confianza, es esa de estame agarrando a esta hora? Así como así.
CARMEN: Oye chico, pero tu si que eres refunfuñón.
Por todo te pones bravo…..
SEBASTIAN: Bueno. Sin discutidera. Sin
discutidera. ¿Okey? Porque aquí el que manda soy yo.
CARMEN: Ya sé. Ya sé. No me lo recuerdes
más.
SEBASTIAN: Entonces sigamos adelante con lo
que estamos aquí tratando de aclará….Me dijiste que no comes desde ayer..¿No?
CARMEN: Si. SEBASTIAN: Muy bien…….. ¿Qué
fue lo último que comiste?
CARMEN:(Como tratando de recordar) Déjame
ver….Bueno. Creo que fue un pedazo de arepa. Café negro….
SEBASTIAN: ¿Y qué más?. ¿Qué más?
CARMEN: Bueno creo que un pedazo de
mortaleda.
SEBASTIAN: ¡Caramba! Pero comiste muy
bien….
CARMEN: Más o menos.
SEBASTIAN: Entonces. ¿ De qué te quejas?
CARMEN: No me quejo. Solo te dije que no
como desde ayer.
SEBASTIAN: Eso es quejase chica. Tu si que
eres mal agradecía.
CARMEN: Eso es hambre y ya……( Se agarra el
pie de repente ) ¡Ay mi pie! Caray .Este pie si que me duele.
SEBASTIAN: No me vengas otra vez con lo del
pie…Que me distraes.
CARMEN: Está bien….¿Entonces? Oye..¿Tu
sabes lo qué estoy pensando?… Tu pareces un político. Hablas y hablas y hablas.
Y no haces na’ .
SEBASTIAN: Ah no, sin críticas. Porque si
no vamos a tener un problema. Ya bastante con que tengo que soportar tu
presencia aquí.
CARMEN: Yo mejor como que me voy.
SEBASTIAN: ¡Ay si ! Que ofendida estás… No
inventes y no seas embustera. Porque tu sabes que no te vas a ir. Y te la pasas
con ese:(La remeda) Me voy..me voy…..(Se queda observándola y da vueltas
alrededor de ella mientras juega con el pan) Bueno, total. Yo traje este pan para
darle un pedazo a Amapola…La llamo por última vez y si ella no aparece, bueno,
te doy su pedazo..¿Está bien?
CARMEN: Está bien…Dale pues. Pero apúrate.
Llama a esa gata de una vez. ¡Apúrate!
SEBASTIAN: (Camina de un lado a otro)
Amapola….Amapolita…¿Dónde estás?
CARMEN:Dale que yo te ayudo. Llama otra
vez. Amapola…Amapolita…..
SEBASTIAN: Amapola..Amapola.Ven rápido que
esta mujercita entrometía se quiere comé tu pan.
CARMEN: Sin insultos. Sin insultos. Que yo
no te estoy faltando a ti.
SEBASTIAN: Tá bien. Tá bien. No te metas en
lo que yo digo, porque el jefe soy…. CARMEN: (Interrumpiéndolo) Ya se. Ya se.
El jefe eres tu. Pero eso no te da derecho.
SEBASTIAN: ¿Ah con qué esas tenemos?
CARMEN: Sigue chico. Sigue llamando. Vamos.
Llama junto conmigo: Amapola…Amapola.
SEBASTIAN: Amapola…Amapolita.¿Chica qué es
lo qué haces? Apúrate que te vas a quedar sin comer. Amapola. Ya me estoy
molestando. Ya me estoy molestando…(Ahora se dirige a Carmen) ¿Verdad qué me
estoy molestando?
CARMEN: ¡Ah yo no sé !
SEBASTIAN: ¿Cómo qué no sabes?
CARMEN: No, no sé…Bueno pues. Ya la gata
esa no va a vení. ¿Hasta cuándo vamos a esperá?
SEBASTIAN: Ultima vez….Ultima vez. ¿De
acuerdo?
CARMEN: Está bien. Dale pues.
SEBASTIAN: Amapola….¡Amapola a la
una.!…..¡Amapola a las dos!…¡Amapola a las tres! CARMEN: Ya está.
SEBASTIAN: ¡ Tá bien! (Se dirige a donde
tiene el pan. Corta un pedazo. Carmen se acerca caminando rápidamente) Toma
pues.
CARMEN:¡ Dame!…¡Dame! SEBASTIAN:
(Entregándole el pedazo de pan) ¡ Caray, que rapidito se te olvidó el dolor del
pie!
CARMEN: (Agarra el pedazo de pan y se
sienta en un extremo a comérselo rápidamente) Me duele chico. Me duele, pero la
necesidad es más grande que el dolor.
SEBASTIAN: (Se sienta en el otro extremo y
se come el pedazo de pan que le queda. De vez en cuando se miran de reojo, pero
se voltean rápidamente. Sebastián agarra su botella de ron y se toma un trago.
Carmen lo ve fijamente)……..¿Qué pasó?
CARMEN: No na’ ……Na’ . SEBASTIAN: Ah
bueno…..mucho cuidao
CARMEN: (Se para y saca su botella de agua.
Se toma un trago.)…¿Quieres?
SEBASTIAN: No, chica, ya te dije que yo no
tomo agua.
CARMEN: Yo sé, yo sé, pero como me diste tu
pedazo de pan y bueno, yo lo único que tengo es esta agua…..por eso te ofrecí,
por amable pues.
SEBASTIAN: No me gustan tus amabilidades,
porque algo andas buscando…..ya te conozco
CARMEN; Tu no me conoces na’ .
SEBASTIAN: Unhu….. CARMEN: Esta noche está
haciendo frío.
SEBASTIAN: ¿Frío?
CARMEN: Si. Que bueno sería un cafecito…..o
algo así pa’ calentase pues.
SEBASTIAN: Esto no es bar ni restaurante…
CARMEN: Ay, yo no estoy diciendo eso.
SEBASTIAN: Mira, ¿Por qué mejor no te
quedas callaita?, y ya está.
CARMEN: (Carmen vuelve a sobarse el pie )
Que fastidio con este dolor del pie que no se me quita.
SEBASTIAN: Ajá. (Cada uno ve a su
alrededor. Sebastián tratando de ignorarla.)
CARMEN: Creo que voy a estornudá.
SEBASTIAN: Estornuda pues que eso aquí no
está prohibio, ni te va a costar nada. CARMEN: Es que…..es que….yo creo que..
SEBASTIAN: ¡Ay ! Se volvió gaga la
muchacha.
CARMEN: Es que creo que me va a da gripe
SEBASTIAN: ¿Cómo es eso?¿ Así de repente?
CARMEN: Es que tengo fríos los pulmones….
SEBASTIAN: ¿Ah si? ¡Ja!..y después dice que
ella no es delicada. Yo no sé mija que haces tu por aquí recogiendo latas y
cartones, con tanta delicadeza.
CARMEN: Oye vale, pero tu si que eres
criticón…¿Tú no sabes qué a uno se le enfrían los pulmones? Pues si, te pones
acatarrao…acatarrao. Se te aprieta aquí. (Golpeándose en el centro del pecho)
Aquí en todo el centro…….y eso es por falta de algo caliente.
SEBASTIAN: Algo caliente como un
roncito..¿Verdad?
CARMEN: Bueno si…
SEBASTIAN: Ay mija, ya te conozco. Caray si
me descuido te me metes en el rancho y te me quedas a viví aquí.
CARMEN: Tu si que eres exagerao, vale…Pero
además eres de un pichirre… SEBASTIAN: Ah ¿Pichirre yo?…,¡ Ta bien!. ¿Pichirre
el qué te da el último bocao de pan.?
CARMEN: Bueno, no te me vayas a poné a
llorá que vas a parecé una mujercita.
SEBASTIAN: Mucho cuidao con lo que dices.
Porque soy capaz de…. CARMEN: ¿De qué? ¿De qué? Me vas a pegá. ¡Que va mijo,
ten cuidao que tu tampoco me conoces! (Carmen empieza a toser)
SEBASTIAN: Ay si, que miedo. Mira, mírame
las piernas que estoy temblando como una cucaracha.
CARMEN: (Tosiendo cada vez más fuerte) ¡Ay
si, muy gracioso!
SEBASTIAN: Bueno. Tomate el trago de ron y
déjame tranquilo.
CARMEN (Sale corriendo, agarra la botella y
le estampa un beso en la mejilla) ¡Gracias. Vale! La verdad verdaita es que tu
no tienes comparación…
SEBASTIAN: Sal pa’ ya (Empujándola) ¿Quién
te dijo a ti qué me tienes que andá besuqueando? Tómate el ron y dame la
botella.
CARMEN: Otro traguito, pues. Uno na’ más.
SEBASTIAN: ¡Uno!
CARMEN: Si, uno solito.
SEBASTIAN: Pero chiquito porque te conozco
(Se para junto a ella y observa con detenimiento )
CARMEN: Ta’ bien. (Toma apresuradamente)
SEBASTIAN: Ya. Ya está bueno pues, que ese
no me lo regalan.(Carmen le entrega la botella y revisa en su bolso, de donde
saca latas, trapos etc.) ¿Qué estás haciendo? Cuidado con regá aquí tus cosas,
que así empiezan los invasores y después se quedan.
CARMEN: ¿Qué invasores?
SEBASTIAN: Todos pues. Todos. Son como la
plaga. Llegan ven a su alrededor y ya. Se quedan. Pa’ siempre y uno
aguantándoselos.
CARMEN: Tu si que eres mal pensao…..(Le
muestra unas colillas) Mira lo que estoy buscando. Unos tronquitos de cigarros
que tengo por aquí. SEBASTIAN: ¡Eso si que está bueno!
CARMEN: Toma..toma uno. Tu te lo mereces a
pesar de to’.
SEBASTIAN: ¡A pues caray! Pusiste el toque
de oro a la cena.
CARMEN: Ah, pa’ que tu veas, que lo único
que haces es pensá mal de mi. (Se sientan uno al lado del otro y prenden los
cigarros. Fuman con calma y en silencio.)
SEBASTIAN: Está bueno esto.
CARMEN: Y aquí tengo unos cuantos…Pa’ lo
dos pues, así no te sigues peleando conmigo.
SEBASTIAN: ¿Y qué más llevas en ese bolso?
CARMEN: No mucho, lo que recogí hoy, unos
trapitos usaos, que me dio una doña por ahí.
SEBASTIAN: Una doña….¡Ajá! Conque tu eres
de esas fastidiosas que va tocando las puertas ajenas…¿No?
CARMEN: A veces chico, solo a veces.
SEBASTIAN: Tómate otro traguito, pa’ que no
digas…
CARMEN: Ay caray que amable te me pusiste.
SEBASTIAN: Deja de estame llamando como que
si yo soy algo tuyo.¿Oiste? CARMEN: Bueno, no empecemos otra vez ,vale, que ya
estoy cansá. SEBASTIAN: ¿Y cuántas puertas tocas al día?
CARMEN: Ya te dije que no lo hago siempre.
Eso es un fastidio, hay gente que te tira esa puerta encima que casi te
arrancan la nariz. Claro como ellos no pasan hambre como uno….
SEBASTIAN: ¡Qué va!…yo no ando aguantando
esas cosas, por eso ando por la calle, por ahí pues y recojo lo que veo
abandonao. La gente bota muchas cosas.
CARMEN: Basura y más basura….¿Pá qué le
sirve eso a uno? SEBASTIAN: Ay mijita a mi me sirve de mucho.
CARMEN: Que va. Yo soy pobre pero honrá. No
ando recogiendo na’ de nadie. A mi me gusta tené lo mío y ya.
SEBASTIAN: Ay si. Lo que yo recojo es mío y
nadie me puede vení a reclamá, porque lo botao, botao está.
CARMEN: Bueno, yo no voy a seguí una
discutidera contigo, porque igualito no me vas a convencé. SEBASTIAN: ¡Que
mujercita tan resabiá, caray ! CARMEN: ¿No te provoca así como fúmate otro
cigarrito?
SEBASTIAN: Dame acá pues. (Encienden los
cigarros y por un rato se quedan en silencio ) CARMEN: (Mira de un lado a otro
como fastidiada. Finalmente se queda observando fijamente a Sebastián)¿Estás
preocupao por algo no? SEBASTIAN: ¡Ay!.¡Ay!..¡Ay! ¿Y a ti qué te importa?
CARMEN: Bueno si me importa vale, porque
estoy aquí contigo.
SEBASTIAN: Es que primera vez que Amapola
tarda tanto en vení, después que yo llego.
CARMEN: Ah no, no me vas a vení ahora,
conque si la gata esa llega te tengo que devolvé el pan que me comí.
SEBASTIAN: Claro que no chica. Tu si que
eres necia….
CARMEN: Ah, así ; si que está mejor.
Entonces si te mereces lo que te voy a da’.(Volteando el bolso de donde caen
unas cuantas colillas en el piso)….Una pa’ ti…Una pa’ mi….Una pa’ ti…Una pa’
mi….
SEBASTIAN: ¿Qué estás haciendo ahora?
CARMEN: Bueno, separando unos tronquitos
pa’ dejate.
SEBASTIAN: ¿Y que pasó ahora, que vas a
empezá otra vez con qué te vas? CARMEN: Bueno..que se está haciendo tarde…y
tengo que buscá donde dormir.
SEBASTIAN: ¡Ah no!….¿Ahora me vas a decí
qué no tienes dónde dormir? CARMEN: (Esta vez sin inmutarse) No. No tengo…¿Pero
eso qué importa pues?…Yo siempre consigo por ahí un rincón donde meterme.
Aunque ahora hay que caminá más….porque yo no se que está pasando, porque ahora
como que hay más gente o a lo mejor lo que hay son menos lugares donde pasá la
noche.
SEBASTIAN: ¡Que va…qué va! Yo mi casita no
la dejo por nada. Aunque claro ya casi que lo que me queda es un hueco donde
dormir, de tanta cosa que tengo. CARMEN: ¿Y de dónde sacaste tu eso?
SEBASTIAN: Por ahí…de años pues. Revisando
en los basureros de la gente. CARMEN: ¿Pero pa’ qué guardas tanta cosa, si na’
sirve pa’ na’?
SEBASTIAN: ¿Cómo qué no? Cuando ya me canso
de algo, porque se le acabó la historia…bueno, hasta soy capaz de límpialo, le
acomodo lo que tiene roto…y me voy por ahí y lo vendo.
CARMEN: Tu si que estás loco….
SEBASTIAN: ¿Loco?…Pero tengo donde dormir
CARMEN: ¡Ay si.!..Está bien pues. Yo no
tengo.
SEBASTIAN: Lo que pasa es que hay que viví
como yo, para entender. CARMEN: ¿Quién va a está pendiente de historias y de cosas?
Además ¿Qué historia va a tené esa basura qué tienes ahí…..?
SEBASTIAN; Todas las cosas en la vida
tienen una historia.
CARMEN: Que va mijito, si ni tu ni yo
tenemos historia, mucho menos un perol que alguien botó.
SEBASTIAN: Ay chica, yo mejor ni te
escucho, porque segurito que tu ni sabes lo que significa la palabra historia.
CARMEN: Ya está. Habló el sabelotodo.
Historia es….Historia es…Historia es todo eso que escriben unos señores muy
sabidos y lo publican en esos libros que lee la gente, dizque pa’ aprendé.
SEBASTIAN: Eso na’ más no es historia.
CARMEN: ¿Ah no? ¿Ah no? Chico la basura no
tiene historia. Basura es basura y ya está. SEBASTIAN: ¿Basura?…¿Basura?…tu vas
a ve (Se para corriendo y entra en la casa, sale con un teléfono viejo en la
mano) Mira esto…Mira esto….¿Qué es esto?
CARMEN: ¿Cómo qué qué es eso?. Un teléfono
pues. Un teléfono. Ahora vamos a jugá a la adivinanza con una cosa que se ve
ahí clarita.
SEBASTIAN: Ajá un teléfono. ¿Tu sabes dónde
lo conseguí?
CARMEN: (Como fastidiada) ¿Dónde? ¿Dónde lo
conseguiste?
SEBASTIAN: En el basurero del hospital.
CARMEN: Ajá…y ¿Cual es la diferencia?
SEBASTIAN: ¿Cómo qué cual es la diferencia?…No es lo mismo un teléfono del
basurero del hospital, que un teléfono del basurero de una casa cualquiera.
CARMEN: Chico, un teléfono, es un teléfono, sea de donde sea….Y eso ya ni
teléfono es. Si lo botaron es porque ya no sirve.
SEBASTIAN: Ah claro que ya no sirve….pero
sirvió y sirvió pa’ mucho ¿Sabes?
CARMEN: Ta’ bien…ta’ bien…¿Qué te puedo decí
yo? Yo no tengo, ni tuve, ni tendré un teléfono.
SEBASTIAN: ¿Ah ves?, pero yo si……y tengo
toda su historia conmigo.
CARMEN: ¿Qué historia?, ¿Qué historia?
SEBASTIAN: Bueno, yo te voy a
mostrá….porque sino yo estoy seguro que tu no vas a entendé….pero eso sí, te
quedas callá…Una sola palabra y no te digo más na’.
CARMEN: Está bien…..Dale pues. SEBASTIAN
(Coloca el teléfono en el centro y se aleja un poco de el ) Aquí voy…ya
sabes….no digas na’.
CARMEN: Si…pero dale pues.
SEBASTIAN: Ta’ bien…pero ya sabes…Yo nunca
he hecho esto con nadie
CARMEN: Ay vale…¿Pero vas a seguí? Dale
pues que se hace muy tarde.
SEBASTIAN: Muy
bien….silencio…..Riiiing….riinng. (Sale corriendo y agarra el teléfono. Cambia
la voz y la postura) Aló..Si…¿Con quién quiere hablá? Ah es conmigo. Si, Yo soy
el doctor, señora Pérez. Si bueno, usted ta’ muy enferma. Si. No salieron bien
los exámenes…¿Cómo?..pero no llore Señora Pérez, si yo todavía no le he dicho
que usted tiene ….Que usted tiene….¡Cáncer pues! Si señora Pérez, pero dese una
vueltica por aquí y nos tomamos un cafecito pa’ hablá….Pero no se preocupe …que
no se va a morí todavía…Bueno pues que le vaya bien. (Cuelga el teléfono)
Riiing….riing… Aló…Felicitaciones, Sr. García, su esposa parió un varón..¡Si,
que maravilla! Eso es lo que necesita el mundo. Muchachos inteligentes como el
suyo…..Tiene que vení rápido pa’ que lo vea…Muchacho gordo, robusto, lleno de
vida, con esos ojos negros grandes y ese pelo enroscaito…Bueno pues,
felicitaciones. (Cuelga el teléfono ) Riiiing…..riiing…riing…(Cambia a otro
tono de voz) Aló….aló..aló..Habla Alicia que yo se que eres tu…¡Hola mi amor.!.
Claro chica yo estoy ya en el hospital, ¿No ves qué te estoy atendiendo yo
mismo? Claro, le dije a mi mujé que tenía que vení a trabajar, pero yo te
espero aquí……pa’ date tu abracito y tu besito……pero te tienes que vení rápido.
Antes de que empiecen a llegá esos accidentaos, que después no le queda tiempo
a uno para nada. Ta’ bien, te espero pues. (Cuelga el teléfono) Aló. Buenas
Noches, es la casa de la familia Ramírez…Si, es de aquí del Hospital….Yo quiero
hablá con el señor Ramírez…¿Cómo qué el se fue de la casa como hace quince
años?…..¿Cómo? ¿Qué más nunca se ocupó de usted, ni de su muchacho? Pero
caramba señora, eso si que es una calamidad….¿Cómo será posible, qué haya hecho
eso? ¿Por otra mujer.¡Caramba pero que tipo tan desconsiderao ! Eso no se le
hace a una mujer buena como usted, ¡No señor! Con razón que mi padre siempre me
decía…
CARMEN: ¡Ah no vale!, que fastidio
contigo….¿Qué es eso ahora, de estate metiendo en la vida de los demás?
SEBASTIAN: ¿Ah?…¿Pero qué haces tu ahí
hablando, si yo te dije que te quedaras callá la boca?
CARMEN: Bueno, pero es que tu ahí con ese
cuento…Yo no te voy a seguí escuchando.
SEBASTIAN: Quieres qué te diga la verdad?
CARMEN: ¿Cual verdad, si tu no sabes ni
siquiera dónde estás parao? SEBASTIAN: Bueno, bueno, esa no era la llamada…Es
que yo, bueno, es que yo la hice mal y empecé a hablá de lo que no era.
CARMEN: Entonces pues, hazlo como es…
SEBASTIAN: Si…si, está bien, pero te
callas…..(Se vuelve a colocar en el medio de la escena y trata de adoptar una
posición seria ) Riing….Riiing..Hola, Sra. Ramírez, la estoy llamando pa’
decile……Si de aquí del hospital, si, que su hijo, pues, que su hijo, llegó con
un balazo en la espalda..Si, si, pero no grite señora. Escúcheme caramba, su
hijo se murió pues…Si, como está oyendo, ¡Se murió!
CARMEN: ¡Ah no vale! Eso tampoco me gusta.
Eso está muy triste, pobrecita esa señora.
SEBASTIAN: Ah no contigo no se puede. Yo
sabía desde el principio, que eso iba a ser así.
CARMEN: Es que tu, cónchale, como que crees
que la gente va a está pagando teléfono, pa’ hablá puras cosas feas.
SEBASTIAN: ¿Qué cosa feas?….Si el muchacho
se murió hay que decírselo. CARMEN: Pero no así tan de repente.
SEBASTIAN: ¿Pero quién te puede entendé
entonces? Primero me dices…. CARMEN: (Acercándose le quita el teléfono de un
arrebatón ) ¡ No vale, préstame acá!
SEBASTIAN: ¡Ah no.! Me das mi teléfono, que
ya te lo vas a queré quedá también. (Forcejean por el teléfono, cada uno
halándolo hacia su lado ) CARMEN: ¡Que es un momentico na’ más!
SEBASTIAN: ¡Que no se lo presto a nadie!
CARMEN: ¡Egoísta ! SEBASTIAN: ¡Entrometía!
CARMEN: ¡Sarnoso! SEBASTIAN: Ah no. Ya
está. Ya me cansé.
CARMEN: ¿Otra vez? SEBASTIAN: ¿Otra vez
qué?
CARMEN: Yo no te voy a quitá el teléfono
chico. No te cuesta na’ . Préstamelo un momento. Yo solo quiero…quiero, ¿Cómo
es qué se dice, caray? ejem…ejempli..¡ Mostrate una cosa ! SEBASTIAN: Pero es
solo un momentico (Se lo entrega) CARMEN:Ponte allá. SEBASTIAN: ¿Dónde? CARMEN:
Ahí sentaito, pa’ que me puedas ver. SEBASTIAN: (Se sienta con desgano) ¡ Dale
pues! CARMEN: Riing….riiing…..riiiiiiing. Aló, aló por favor con…… (Se voltea a
ver a Sebastián ) Si….comuníqueme con…..¡Ay caray!…¿Cómo es que tu te llamas
vale, qué no me has dicho como es tu nombre?
SEBASTIAN: Claro que no te lo he dicho.
CARMEN: Dímelo pues, apúrate. SEBASTIAN:
Sebastián…Yo me llamo Sebastián. CARMEN: Ay ,pero que nombre tan bonito….. SEBASTIAN:
Ah, no…..¿Entonces? CARMEN: Ay verdad…Ya se me había olvidao que estaba
haciendo…Ajá (Cuelga el teléfono de nuevo ) Riiiiing……Riiiing…Aló por favor.
¿Por ahí se encuentra Sebastián? Sí dígale que es Carmen, que quiero hablá con
el……..(Se queda como esperando y observa fijamente a Sebastián ) ¡Dale pues!
¿No vas a atendé? SEBASTIAN: ¿Atendé qué? CARMEN: El teléfono, chico, el
teléfono…. SEBASTIAN:¿ Pero qué teléfono si lo tienes tu? CARMEN: ¡Ah
hombrecito bruto caray.!..Y tan sabio que se la da. Agarra pa’ allá y haces
como que si vas a atendé el teléfono. SEBASTIAN: ¡No hay otro…No hay otro!
CARMEN: Bueno, tu vas pa’ allá y te lo imaginas. ¡Dale pues ! SEBASTIAN: Ajá
bueno…¿Y entonces?, ¿Qué hago? CARMEN: Tu pon la mano así (Le muestra como) y haces
como que si tienes el teléfono. SEBASTIAN: Ajá…¿Y entonces? CARMEN: Bueno…aquí
voyy…Aló SEBASTIAN: Aló CARMEN: Hola Sebastián, es Carmen SEBASTIAN: ¿Qué
Carmen? CARMEN: Yo pues Carmen. SEBASTIAN: Es que como hasta ahora no me habías
dicho tu nombre, yo no sabía quien era pues. CARMEN: ¡Yo chico! Haste de cuenta
que somos amigos SEBASTIAN: Ta’ bien. (Vuelve a poner la mano como que si
atiende el teléfono) CARMEN: ¿Te acuerdas de mi? SEBASTIAN: Bueno si…..(Dudoso
mirándola) CARMEN: Te estoy llamando, pa’ ve si nos podemos reuní y conversá un
poquito. SEBASTIAN: Pero ya estamos conversando. CARMEN: Digo personalmente,
chico. Es que me gustaría entablá contigo una amistad un poquito más profunda.
SEBASTIAN: Bueno dale, pero depende de lo que tu llames profundo, porque no me
pienso casá, ni nada por el estilo.
CARMEN: Oye, pero tu si que eres mal
pensao, apenas te llamo y ya estás hablando de matrimonio como que si no hay
más na’ en la vida porque preocuparse.
SEBASTIAN: Ah no, digo yo, pues. Es que
toítas en el fondo quieren lo mismo y mi casa es muy pequeñita pa’ formá una
familia, y lo que me gano vendiendo latas y cartones apenas si me alcanza pa’
sobreviví.
CARMEN: Oye pero eso es como un
discurso…¿Entonces, nos vemos o no nos vemos?
SEBASTIAN: Bueno, puede que si.
CARMEN: ¿Dónde nos encontramos?
SEBASTIAN: En mi casa pues.
CARMEN: Pero yo no se donde vives tu.
SEBASTIAN: Ah no caray. (Dejando de fingir que habla por teléfono) Yo no te voy
a está explicando mi dirección, si ya estás aquí.¡Que fastidio contigo! CARMEN:
Fastidioso tu, que no tienes imaginación. Me decias cualquier cosa y yo llegaba
como que si nada…de visita. SEBASTIAN: Dame acá mi teléfono, tu eres la que no
entiende nada.
CARMEN: Toma, toma tu teléfono…Ay si,
parece que fuera el único teléfono sobre la tierra, además si por lo menos
sirviera.
SEBASTIAN: No sirve pa’ ti. Pa’ mi si
sirve.
CARMEN: ¿Por qué sirve, por qué es nada más
lo que tu dices?
SEBASTIAN: Porque me trae recuerdos.
CARMEN: ¿Qué recuerdos?
SEBASTIAN: ¡Ay no voy a empezá otra vez!
Recuerdos de toda la gente que habló por el, ya te lo dije chica. Déjame ir a
guardá mi vaina y se acabó..(Se dirige al rancho y deja el teléfono dentro.
Carmen se vuelve a sentar a un lado y enciende otro cigarrillo. Sebastián tarda
un poco en salir. Ella mira impaciente de vez en cuando hacia la puerta. De
repente la puerta se comienza a abrir lentamente)
SEBASTIAN: ¿Todavía estás ahí?
CARMEN: Pues claro. ¿Dónde voy a está ? Ya
a esta hora no puedo agarrá pa’ ningún lado, porque tu con el cuentico ese del
teléfono hiciste que se me fuera el tiempo. ¿Y ahora quieres que me vaya? Pa’
ve si me encuentro por ahí con un ladroncito de esos que le amarga la vida a
uno, porque uno no tiene na’ que le roben. ¡Que va mijito!, aquí amanezco,
total estoy en la calle……y que quede claro, no te estoy molestando. El que está
saliendo a pregúntame tonterías eres tu.
SEBASTIAN: (Acercándose). Pero bueno mija,
no es pa’ tanto, ni que te hubiera dao cuerda, pa’ que me vengas con ese
discurso.
CARMEN: Bueno, chao contigo, porque ya no
quiero sabé nada de ti, yo soy sola y sola me quedo. SEBASTIAN: Pues ahora te
la aguantas, porque soy yo el que se volvió contradicción……………………..(La ve y se
va acercando lentamente). Pero dime la verdad. ¿No te gustó lo del teléfono?
CARMEN: ¡Ah no que va! A ti como que te falta un tornillo, porque al que no le
gustó e interrumpió todo el asunto fuiste tu.
SEBASTIAN: Claro vale, porque te pones muy
pesada.
CARMEN: Ajá…está bien pues………Mira y
hablando así como los locos, pues ¿Te quedará otro traguito de ron por ahí?
SEBASTIAN: Ah, pa’ eso si, ¿No? CARMEN: Bueno está bien, no me des nada.
SEBASTIAN: Pero caray, tas perdía de….como es que dice esa gente por ahí de
sensiblera pues. Pareces de telenovela…..Tomate el traguito pues. CARMEN: Dame
acá. SEBASTIAN: Toma pues……… (Mientras Carmen toma ) Está bien el que se puso
bravo fui yo..Bueno, no te voy a pedí disculpas, porque que va., esos asunticos
raros no van conmigo, pero está bien, te voy a enseñá otra cosa que tengo por
ahí. CARMEN: Bueno, dale pues, pero te apuras. SEBASTIAN: Está bien….está bien
(Sale corriendo y entra en el rancho….Sale con un espejo viejo, que está
partido de un lado) Mira…mira esta maravilla. CARMEN: ¿Qué es eso
muchacho?..(Huyendo de el) ¡Va de retro.!… SEBASTIAN: ¿Pero por qué?…¿Qué hice
ahora?
CARMEN:¿ No te das cuenta que ese bicho
está quebrao? SEBASTIAN: Ah claro.¿Y qué querías? CARMEN: Eso es pavoso
muchacho…¡Eso es pavoso! SEBASTIAN: Ay si, cuidao y te empava….¡Cuidao y te va
mal en la vida!…..¡Como te va tan bien! CARMEN: Bueno, mijito, mi vida no será
una maravilla, pero no quiero que se me ponga más negra de lo que está.
SEBASTIAN: Yo me miro todos los días en el y hasta ahora nada ha empeorao ni
nada mejora, así que no hay ningún efecto dañino. ¿Está bien? y si no te
gusta…bueno no importa aquí no ha pasao na’, total soy yo el equivocao en queré
enseñarte lo que tengo. CARMEN: Que melodrama y después me dice que soy yo la
de la telenovela…¡Que va!…Dime pues, porque sino quien te aguanta con esa
llorantina hasta que amanezca y me pueda ir de aquí.
SEBASTIAN: ¿Hacemos las paces o no la
hacemos? CARMEN: ¡Qué remedio!
SEBASTIAN: Bueno…..Yo voy a poné el espejo
aquí (Lo deja en una esquina) pa’ podete contá lo que pasa con el. CARMEN: Dime
porque ….yo lo veo así de lejito pues….porque yo no creo pero…..ay mijito ante
estas dudas mejor y que uno se hace el loco… SEBASTIAN: ¿Tu sabes dónde me
encontré este espejo? CARMEN:¿ Dónde?…dime pues…¿Dónde? SEBASTIAN: En el
basurero de un teatro. CARMEN: ¿Y tu andas revisando también en esos lugares?
SEBASTIAN: Pues claro, la basura de un teatro es más interesante que ninguna.
CARMEN: Ay si. Quién sabe con lo que me vas a salí. SEBASTIAN: Bueno es que esa
gente es y no es… CARMEN: ¿Cómo es eso? Aay.,..que a ti si se te ocurren cosas
complicadas. SEBASTIAN: Bueno la gente que trabaja ahí es.. Pero lo que hacen
no es…Porque son seres que no existen…¿Entendiste? CARMEN: No se creo que si,
pero de todas formas no importa. SEBASTIAN: ¿Tu oíste hablá de Cenicienta?
CARMEN: No se creo que si. SEBASTIAN: Había una tipa muy mala….. CARMEN:¿ Ah
si? Pues no sabía. SEBASTIAN: Si porque gente mala hay hasta en los cuentos.
CARMEN: Ajá ¿Y entonces? SEBASTIAN: Bueno…el espejo le hablaba chica… CARMEN:
Eso si que no se lo cree ni el más gafo. SEBASTIAN: Bueno de algo servirá si
han engañao a todos los niños del mundo con la misma historia.. CARMEN ¡Que
va!…Creo que prefiero el cuento del teléfono. SEBASTIAN: Bueno, entonces déjalo
así.
CARMEN : ¿Cómo así? SEBASTIAN: Tu no vas a
entendé…Tu no vas a entendé. Así que no importa… CARMEN: A pues, Ahora si es
verdad.¿Vamos a empezá de nuevo?….Yo ya estoy muy cansá. Ay mijito y esa luna
na’ que se esconde de una vez para que yo pueda agarrá mis macundales y ya me
voy de aquí.
SEBASTIAN: Bueno……mejor me tomo mi traguito
de ron. Y no me pidas, porque ya te di. CARMEN: Está bien..Está
bien…¡Total!….Mejor me pongo por aquí que está haciendo mucho frío. (Se
acurruca en un lado y se tapa con un cartón. Sebastián se toma el trago de ron.
Guarda la botella y camina lentamente hacia el espejo. Se sienta frente a el y
se observa. Carmen se destapa lentamente y se queda mirando a Sebastián. Se
levanta y da algunas vueltas por el espacio como si buscara algo).
Amapola………Amapola……….Ay no, mejor ni la sigo llamando… (Como hablando para si)
Seguro que la bendita Amapola esa ni siquiera existe. Porque este como que está
más tostao, que esos que dicen que los tocó la luna…(Sebastián está sentado
frente al espejo en éxtasis total. Parece que no existiera más nada a su
alrededor. Parece examinarse cada parte de su cara con total detenimiento.
Carmen continua tratando de llamarle la atención ) Ey..tu…..Mira…..¿Cómo es qué
se llama?..Sebas….Sebastio…No. No…Sebastián…Si…¡Epa, Sebastián! (Sebastián la
ignora por completo)…Mira chico…es contigo….(Se levanta y se acerca un poco) Ey
Sebastián, que todavía estoy aquí mijito. ¡Conchale!…Podías ser un poquito más
amable conmigo, porque yo siempre escucho que la gente atiende bien a sus
invitados. SEBASTIAN: Tu no eres mi invitada. Tu eres una aparecida. CARMEN: Ay
menos mal. Caramba el tipo este está vivo….¡Bueno, Sebastián!……Mira vale, estoy
hablando contigo…¿Qué es lo qué te pasa?.¿Qué te miras y te miras en ese
espejo?..Yo creo que tu si no estás loco, estás como embrujao. Debe sé que la
bruja esa mala del cuento te echó una maldición, porque sino, no entiendo na’.
Sebastián….¿ Me vas a hacé caso o no?……Sebastián, si no me contestas ahora, me
voy……..¡A pues ahora si es verdad.!………..Vamos a ve si me resulta el cuentico de
Amapola……….Sebastián a la una…Sebastián a las dos.,……Sebastián a las tres………¡Ah
no que va! …Pa’ loco, suficiente conmigo. Yo como que agarro mis macundales.
(Se dirige a donde tiene su bolso y lo recoge) Me voy pues…………aunque no
acostumbro estas cosas…Gracias pues, por el bocao que me diste, y el traguito
e’ ron…… Y hasta por ese cuento del teléfono….. SEBASTIAN: (Sebastián reacciona
y la ve sin dejar de prestar atención al espejo) Tengo una arruga nueva.
CARMEN: ¡Ay Dios mío, habla! El muchacho habla….¿Cómo
es la cosa? SEBASTIAN: Que tengo una arruga nueva. CARMEN: Ay mijo y las que te
faltan. SEBASTIAN: Si, pero esta arruga está triste. CARMEN: ¿Cómo es eso? (Se
acerca más a donde está Sebastián)
SEBASTIAN: Es así. Esta arruga es una
huella de la vida y mi vida es triste. CARMEN: Pero eso no es nuevo. Nadie
puede cree que tu tienes una vida muy alegre. SEBASTIAN: No, pero esta arruga,
me duele en el corazón.
CARMEN:( Se acerca cada vez más) ¿Por
qué?..Dime ¿por qué? SEBASTIAN: Porque está cerca de los ojos. CARMEN: (Se
acerca y se mira en el espejo) Pero yo también tengo una arruga bajo los ojos…y
no me da tanto dolor. SEBASTIAN: ¡A mi si.!…..¡A mi si ! Porque en los ojos
está la vida pues. Y cuando se te arrugan todos, la vida ya no sirve. Se te va
quebrando…… Así en pedacitos….. CARMEN: Y se siente………( Ya totalmente
involucrada en la situación) SEBASTIAN: Si porque la vida es eso.
Pedacitos….Pedacitos de recuerdos…Pedacitos de lo que pudo ser. CARMEN: Y esta
. (Señalando en el entrecejo) ¡Mira esta! SEBASTIAN: Ah………….yo también tengo
esa. Aquí sobre la nariz.
CARMEN: ¿Y esa qué es? SEBASTIAN: Todo….los
pesares….las rabias, las tristezas… CARMEN: Si. Uno también tiene sus
tristezas. SEBASTIAN: Y esta….Así. (Se señala alrededor de la boca) ¿No tienes
esta? CARMEN: (Los dos se miran frente al espejo) ¿Pa’ ve?…Si, como que tengo
un poquito. SEBASTIAN: Yo, la verdad….la verdad. No tengo mucha de esa………..
CARMEN: ¿De qué es? SEBASTIAN: De la risa pues…………….De la risa. CARMEN: De la
risa ¡No, vale!……Cómo que ni nos ha dao mucho. SEBASTIAN: Así es. CARMEN: Si
así es……….(Se observa uno a otro en silencio durante un rato) Por primera vez,
tu y yo estamos de acuerdo. SEBASTIAN: Si, estamos de acuerdo. CARMEN: No
podemos hacer algo por descubrirla. SEBASTIAN: ¿Qué cosa? CARMEN: La risa pues.
SEBASTIAN: ¿La risa? CARMEN: Si la risa. SEBASTIAN: No por ella no podemos
hacer nada. CARMEN: ¿Pero por qué? SEBASTIAN: Porque la risa se le mete a uno
en la cuna, entre los pañales pues. En ese que niño tan lindo que te van
diciendo los demás. La risa no se fabrica. ¿Sabes?, como se pueden fabricar
tantas cosas en la vida, porque la risa es un regalo de amor. CARMEN: Si. Así
es. SEBASTIAN: ¿Pero ves esto que está aquí? CARMEN: Si. Te la voy viendo.
Clarita. Como un caminito bajo los ojos. SEBASTIAN: Ese te lo da el dolor.
CARMEN: Ajá. Yo también lo tengo. Mira, mira donde va. SEBASTIAN: Ese es el
camino de las lágrimas…………….Así (Y le va siguiendo a Carmen con su dedo la
huella que está marcada). Como el lecho de un río, pues, por donde corre el
agua y se pierde……camino abajo, sin fin. Porque esas lágrimas, ya no tienen
vuelta. Ni na’……………………Siguen allí día tras día, y si llueve aumentan…………..Y la
vida de nosotros está hecha de lluvia, caray. De pura lluvia……(Se quedan en silencio
observándose. De pronto Carmen parece romper el encanto de lo que está
sucediendo). CARMEN: ¿Lluvia? Será en la tuya mijito, porque yo ahorita, lo que
estoy es esperando que salga el sol y me voy de aquí, como si na’ .
SEBASTIAN: Claro, ¿ Lo ves? Tu eres corazón
de piedra………
CARMEN: Con estos sonidos que tengo en el
estómago……….¿Qué quieres tu qué sea?……………………..
SEBASTIAN: ¿Y tienes hambre otra vez?
CARMEN: Ah no, porque seguro, que con lo
que me diste de comer, voy a pasar un mes, sin volteá siquiera pa ‘ donde sepa
que están comiendo.
SEBASTIAN: ¿Tu sabes lo que tu eres?…….
CARMEN: ¿Qué..qué soy?
SEBASTIAN: Una pordiosera, una mujer que
anda mendigando por ahí.
CARMEN: Por que tu no, seguro que mañana
cuando amanezca, te pones el flux de seda y la corbata de lino y te vas a
trabajá
SEBASTIAN: (Agarrando su espejo) Bruta más
que bruta, ni siquiera sabes como se tiene uno que vestí.
CARMEN: Para lo que a mi me importa sabé de
esas cosas. Ese eres tu, que andas soñando con lo que no tienes.
SEBASTIAN: No voy a seguí escuchando…Ahora
el que se va soy yo.
CARMEN: Pa’ restregame en la cara otra vez
que tienes un rancho.
SEBASTIAN: No para huir de ti y de tu
ponzoña.
CARMEN: Tu si que te tomas las cosas a
pecho. Cuando uno anda así en la vida, recogiendo latas y cartón, no puede andá
creyendo en cuentos.
SEBASTIAN: En el fondo te gustan. Fíjate te
sentaste conmigo a verte en el espejo.
CARMEN: Eso lo hace cualquiera.
SEBASTIAN: Pero tu aseguraste que no lo
ibas a hacer porque estaba roto.
CARMEN: Bueno es que me dio así como
lástima contigo.
SEBASTIAN: ¿Lastima?. ¿Lastima?, ¿Por qué?.
CARMEN: Bueno porque te quedaste mudo y no
sabía que te pasaba, pues.
SEBASTIAN: Ah bueno caray, entonces gracias
por preocuparte.
CARMEN: Bueno y………Y ta’ bien lo que haces.
SEBASTIAN: ¿De qué?.
CARMEN: De todo eso que guardas.
SEBASTIAN: Ah..¿Está bien verdad?.
CARMEN: Si. Si, si eso te gusta
. SEBASTIAN: Si. Me gusta mucho. Bueno es
que es fácil ¿ves?. Los demás botan y yo recojo.
CARMEN: Si claro.
SEBASTIAN: Y tengo muchas otras cosas.
CARMEN: ¿Ah si.? Ya me di cuenta.
SEBASTIAN: Tengo un pedazo de máquina de
coser. Un colchón que me sirve pa dormí. Un ventilador…..Bueno no funciona,
pero yo lo veo y me imagino que sopla y sopla y sopla ….y a veces hasta tengo
frío.
CARMEN: Segurito que tienes cobija.
SEBASTIAN: No eso no. Pero pa’ el frío los
periódicos son buenos.
CARMEN: De eso si que se bastante.
SEBASTIAN: Pero si tengo una cosa que
funciona….¿sabes?
CARMEN: ¿Con qué vas a salí ahora?
SEBASTIAN: Bueno una radio que tu le metes,
así su cartuchito y suena.
CARMEN: ¿Y eso de dónde lo sacaste?
SEBASTIAN: Me lo regalaron.
CARMEN: Te lo regalaron, ¡Caray!. ¿Y qué
gente es esa, qué regala esas cosas?
SEBASTIAN: Bueno, era de un amigo…
CARMEN: ¡Se lo robaste!…
SEBASTIAN: No. No se lo robé. El se murió y
yo era el único que estaba ahí….y bueno, lo agarré antes que otro se lo
llevara.
CARMEN:¿ Seguro que tu no lo mataste pa’
quitarle el radio?
SEBASTIAN: Ay chica, claro que no…¿Yo tengo
cara de asesino?
CARMEN: No…no….bueno, en verdad. No.
SEBASTIAN: El siempre buscaba cosas en el
relleno sanitario…¿Tu sabes verdad? Donde los camiones descargan la basura.
CARMEN: Ay chico yo sé, no me tienes que
está explicando siempre, como si tu eres un sabelotodo.
SEBASTIAN: Bueno y se enfermó….y tenía que
ir siempre pa’ el hospital…y….
CARMEN: ¿Qué tenía?
SEBASTIAN: Ah..eso sí que no sé, pero de
que era malo era malo.
CARMEN: Claro tonto, si se murió.
SEBASTIAN: Lo voy a trae oíste.
CARMEN:¿ A quién a tu amigo?
SEBASTIAN: Tu si que estás loca de verdad.
¿Cómo voy a trae a mi amigo?
CARMEN: Bueno como me estás hablando de el
y me sales conque lo vas a traer…
SEBASTIAN: La radio, chica. La Radio.
CARMEN: Ah bueno, está bien pues…..tráela.
SEBASTIAN: Ya vengo. No te vayas a mover de
aquí.
CARMEN: Ve pues. Ve.
SEBASTIAN: (Entrando en el rancho) Voy…voy
rapidito…rapidito… (Carmen revisa entre las cosas que están afuera como viendo
que se puede llevar. Prueba a metérselas debajo de la camisa, pero todo lo que
hay es muy grande.)
SEBASTIAN: Aquí está…… ¿Ves qué bien?
CARMEN: (Suelta lo que tiene en las manos y
se queda como que si no hubiera hecho nada). Pero está medio roto….y viejo.
SEBASTIAN: ¿Y qué querías?¿Un radio último
modelo? Lo importante es que suena.
CARMEN: Pero ¿Cómo? ¿Dónde lo vas a
enchufar?
SEBASTIAN: No se enchufa. Tiene pilas.
CARMEN: ¡Caray! ¿ Pilas? ¿Tu sabes lo qué
cuesta cada pila? ¿De dónde sacas la plata pa’ comprarlas?
SEBASTIAN: Bueno tu sabes que la gente
siempre que ve un recoge cartones cree que uno es un mendigo. A veces hay gente
que me da plata y yo la agarro…entonces compro las pilitas que me hacen falta.
CARMEN: Está bien. Préndelo pues.
SEBASTIAN: Este es el único casetes que
tengo..(Suena una música triste y melancólica) ¿Verdad qué es bonito?
CARMEN: Bueno si….
SEBASTIAN: Oye…..oye esa parte
CARMEN: Pero cállate, que sino lo que
escucho es tu voz…….
SEBASTIAN: A mi la música me gusta mucho.
Trae muchos recuerdos.
CARMEN: ¿Recuerdos? Oye pero tu si que eres
pretencioso…¿Qué recuerdos vas a tené tu?
SEBASTIAN: No muchos, es verdad, pero por
un ratico recuerdo a mi amigo. Al dueño del radio ¿Sabes? Y después, empiezo a
imaginar. como con las otras cosas, pues. Igualito. Yo te podría contar lo que
me imagino, pero como no te gusta, mejor no te digo nada para que no empieces a
peleá.
CARMEN: Caray con este hombre. En el fondo
estás loquito porque te pregunte.
SEBASTIAN: ¡Pregunta pues. Pregunta!
CARMEN: Ta’ bien. Ta’ bien…¿Qué es lo qué
te imaginas?
SEBASTIAN: ¿Tu sabes lo qué es un conjunto?
CARMEN: ¿Un conjunto de qué?
SEBASTIAN: De música pues…..
CARMEN: Ah si. Claro, claro que sé.
SEBASTIAN: Bueno….me imagino que soy un
músico.
CARMEN: ¿Cómo?.¿Cómo te imaginas?
SEBASTIAN: Así pues. Mírame. Yo llego con
mi instrumento en la mano.
CARMEN: ¿Cual?
SEBASTIAN: Ah no sé. Cualquiera. Llego y
digo. Buenas tardes vengo a tocar una canción.
CARMEN: ¿Y entonces?
SEBASTIAN: Recíbeme pues. Alguien me tiene
que recibí. CARMEN: Ta’ bien. Dale pues.
SEBASTIÁN: ¿Cómo está doñita, vine a tocar
aquí?
CARMEN: ¿Quien le va a pagar?
SEBASTIAN: ¿Cómo es eso?
CARMEN: Es que yo no tengo plata.
SEBASTIAN: No importa este toque es gratis.
CARMEN: Apúrese pues que estoy cansá.
SEBASTIAN: (Se sienta. Se coloca el radio
sobre el hombro como si fuera un violín y hace ademanes de que está tocando.
Carmen lo observa fastidiada. Saca un pedazo de cigarro y lo enciende. Bota el
humo largamente.) ¿Qué fue, no te gustó?
CARMEN: La verdad, verdaita: No mucho.
SEBASTIAN: ¿Pero por qué, si esa música es
tan bonita?
CARMEN:No sé….Es así, como……….Bueno. La
verdad chico es que no me gustó y ya está.
SEBASTIAN: Es que a ti nada te gusta vale.
Tu eres así como insensible. Estás demasiaó perdía pues.
CARMEN: No es eso. No es eso. Lo que pasa
es que tu no tienes ideas muy buenas que digamos. A mi se me ocurre una idea
mejor.
SEBASTIAN: ¿Cómo cual?
CARMEN: Así. Hacemos como una fiesta
pues….Y tu llegas…Y me miras………….Y me sacas a bailá.
SEBASTIAN: ¡Pero si yo no sé bailá !
CARMEN: Eso no te lo creo.
SEBASTIAN: De verdad. ¡A pues! Es que bailá
es así como muy raro.
CARMEN: Pero vamos a probá. No te cuesta
na’ . Total, solo vamos a bailá juntos una vez en la vida.
SEBASTIAN: Está bien. Pero dime tu que
hago.
CARMEN: Bueno, yo me paro aquí y tu llegas
y me saludas. Lo demás me lo dejas a mi.
SEBASTIAN: ¡Ajá! Al final te gustó lo que
yo hago. (Burlándose de ella) ¡Te estás imaginando cosas !
CARMEN: Bueno no fastidies o no hacemos
nada y ya está.
SEBASTIAN: No. No. No te me pongas bravita.
Vamos a ver. Lo mejor es que yo ponga la música primero.
CARMEN: Si dale. Dale. Que se pasa el
tiempo. (Sebastián pone la música y se esconde, preparándose para salir. Carmen
se coloca a un extremo y trata de arreglarse la ropa y el cabello.)
SEBASTIAN: ( Entra mirando a un lado y
hacia otro hasta acercarse a ella) ¡Buenas Noches!
CARMEN: ¡Buenas!
SEBASTIAN: Mucho gusto.
CARMEN: Ve directo al asunto.
SEBASTIAN: ¿Quiere bailá conmigo?
CARMEN: Buena. Ta’ bien.
SEBASTIAN: Venga pues . (Los dos tratan de
bailar. Buscan acoplar sus pasos en completo silencio. Finalmente lo logran)
CARMEN: Es tan bonito bailá. Uno se olvida
de todo.
SEBASTIAN: Si. Es bonito.
CARMEN: Uno se vuelve diferente.
SEBASTIAN: Como importante.
CARMEN: Ajá. Es la única cosa en la vida
que me trae recuerdos.
SEBASTIAN: ¿Ah si?
CARMEN: Si.
SEBASTIAN: ¿Cómo cuales?
CARMEN: Bueno, como de cuando yo era muchacha.
SEBASTIAN: ¿Y qué hacías?
CARMEN: Iba a muchos bailes pues.
SEBASTIAN: ¿Con quién?
CARMEN: Con un novio que tenía.
SEBASTIAN: ¡Ah, conque si ! Conque tenías
un novio.
CARMEN: Ay si, porque me vas a decí que tu
nunca tuviste una novia.
SEBASTIAN: Bueno yo si. Muchas. Pero no es
eso de lo que estamos hablando.
CARMEN: ¡Ay!. ¡Cuidaó que me pisas!
SEBASTIAN: Es que me descuidé y se me
enredó esto. Pero sigue. Sigue.
CARMEN: Ya estoy siguiendo.
SEBASTIAN: Pero sigue con lo del novio.
CARMEN: ¿Qué es lo qué quieres que siga?
SEBASTIAN: Que me cuentes. ¿Qué pasó con tu
novio?
CARMEN: Bueno, lo que pasa pues. Un día se
fue y no volvió. Me dejó sola con el muchachito que tuvimos. Después el
muchachito se enfermó. Yo no tenía ni conque dale de comé y me lo quitaron .
SEBASTIAN; ¿Quién te lo quitó?
CARMEN: ¡La policía pues! ¡La policía!
¿Quién más iba a ser?
SEBASTIAN: Pero ¿Por qué? ¿Por qué te lo
quitaron?
CARMEN; Bueno, yo vivía por ahí en el
barrio La Crucecita.
¿Tu sabes cual es?
SEBASTIAN; Si claro. Yo sé. ¿Y entonces?
CARMEN: Bueno, alguien dijo que yo le
pegaba. Que el gritaba muy duro. Que no tenía papá. Que yo no tenía trabajo. Tu
sabes pues….
SEBASTIAN; ¿Pero tu le pegabas de verdad?
CARMEN: Bueno, a veces, pero no era pa’
tanto.
SEBASTIAN; ¿Y pa’ dónde se lo llevaron?
CARMEN: Bueno, pa’ esas cárceles pa’
muchachos. Tu sabes donde los meten, porque no tienen papá y que se yo…dicen
que les dan comía y ropa, y que les enseñan…
SEBASTIAN; ¿Y no lo fuiste a ver?
CARMEN: No. ¿Pa’ qué? Si de verdad le dan
to’ eso, yo creo que está mejor allá y si me ve segurito que se quiere volvé
conmigo… ¡Y que va!
SEBASTIAN: ¿Y tu qué hiciste, después?
CARMEN: Bueno na’. Se lo llevaron. Yo me
quedé en la casa unos días, pero nadie me hablaba, ni me ayudaban en na’. Ya no
tenía que comé. Así que agarré unas cuantas cosas y las metí en ese mismo saco
que cargo ahí y ya. Me fui.
SEBASTIAN; ¿ Te fuiste? ¿Pero pa’ dónde?
CARMEN: Por ahí chico, por el mundo pues. Por las calles. A conocé la vida como
hay que hacé. A peleá por la comía, por un sitio donde dormí y ya. Tranquila
pues.
SEBASTIAN: ¡Ah caray! Esa sí que es una
historia. Yo no me imaginé… CARMEN: (Soltándose de repente, deja de bailar y
como volviendo a la realidad) A pues chico. ¿Qué te tienes que andá imaginando
tu? Na’. Está bien na’. Lo que pasa es que con este cuentico del baile se me
soltó la lengua y te dije más de la cuenta, pero tu como si na’ ¿Entendío? Yo
no dije na’ y tu no sabes na’. (Agarra rápidamente su bolsa disponiéndose a irse)
SEBASTIAN: Pero Carmen, caray. Tranquila,
que aquí no ha pasao na’ si tu no quieres.
CARMEN: Esta que está aquí se va. Ya fue
suficiente. Además ya empezó a aclará.
SEBASTIAN: Pero espérate chica, no te vayas
así. Yo tengo ahí un poquito de café, nos tomamos un poquito pa’ empezá bien el
día y después te vas.
CARMEN: ¿Un poquito de café? Caray. Eso si
que está bueno.
SEBASTIAN: ¿Viste Carmen? ¿Viste? No to’ en
la vida es tan malo pues. Déjame calentalo un poquito y ya.
CARMEN: Ta’ bien, pero rapidito, que ya me
entró la piquiña de dirme pues. Yo nunca estoy demasio tiempo en ningún lugar.
SEBASTIAN: Ya vengo pues. Ya vengo. No te
muevas de ahí. (Sebastián entra rápidamente en el rancho y le habla desde
dentro, para evitar que se vaya) ¿Y qué te parece la gata esa no ha vuelto más?
CARMEN: ¿Quién?
SEBASTIAN: Amapola pues. Amapola.
CARMEN: ¿ Tu estás seguro que esa gata es
de verdad?
SEBASTIAN: A pues, hasta cuando te lo voy a
decí, claro que es de verdad.
CARMEN: Ya yo no sé. Yo como que estoy pensando
que esa gata es puro cuento tuyo, como lo del teléfono y toas esas cosas.
SEBASTIAN: (Saliendo con dos pocillos en
las manos donde trae el trago de café) Pues no. Mi gata es de verdaita y es la
única compañía que yo tengo. Pa’ que lo sepas. (Extiende el pocillo hacia
Carmen)
CARMEN: Caray, con pocillo y to’. Pero este
hombre si que es sortario.
SEBASTIAN: (Probando el café) ¿ Ta’ bueno,
verdad? Un cafecito siempre es bueno, calienta los huesos.
CARMEN: Si, bueno….tanto como calentá los
huesos. Ay que ve que tu eres exagerao.
SEBASTIAN: Más vale esto que na’. Así que
no empieces a quejate otra vez.
CARMEN: No hombre chico, yo no me estoy
quejando. Tu café está bien bueno. Gracias pues .(Devolviéndole el pocillo)
Ahora si es verdad que ya está. Me voy pues.
SEBASTIAN: Pero no te vayas vale. Si ya nos
estamos haciendo amigos. ¿Pa’ qué te vas a ir? Pa’ andá por ahí toda rialenga.
CARMEN: Ay. Ahora si es verdad que me
acomodé yo. Primero me botaba y me botaba, ahora me pide que me quede. Qué va
mijito. Bien lejos contigo. Tu eres medio raro. ¿No?
SEBASTIAN: Yo no soy raro na’ ; chica. Te
estoy diciendo que ahí en el rancho hay un laito y que si lo quieres pues…
CARMEN: No señor. Yo no quiero na’. Tu tas bien loco si crees que me voy a
quedá aquí oyéndote tos los días esas chifladuras tuyas.
SEBASTIAN: Pero eso es porque no has visto
el ranchito, por dentro. Si lo ves yo estoy seguro que te va a gustá. CARMEN:
No que va. Yo no veo nada. Me voy.
SEBASTIAN: (Agarrándola del brazo) Pero ven
chica, entra un momentico. CARMEN: ¡Que no! Que no. Ya dije que no. Adiós
(Agarra su bolsa y decididamente sale de escena. Sebastián se queda parado en
el centro totalmente desconcertado. En el forcejeo a Carmen se le cayó una
bufanda. Sebastián la recoge y corre hacia el extremo del escenario.)
SEBASTIAN: Carmen, Carmen se te quedó esto.
Se te quedó esto. (No hay respuesta) ¡Se fue! ¡Se fue la condená! (Voltea
observando todo a su alrededor) Caray y la luna todavía sigue ahí. Y eso que
está amaneciendo. (Se sienta en el centro del escenario, juega con la bufanda,
se la pone alrededor del cuello. Se la quita y la observa. La huele) Cónchole,
si hasta huele bien. (Observa a su alrededor nuevamente) Bueno yo solo quise sé
amable pues y ella no entendió. Es que yo creo que esa Carmen, si que está
chiflá de verdad. Tanto porfiá que lo que la gente bota no sirve de na’ y ella
se va y me deja el trapito este. ¡Ay Carmen, por este trapito, siempre te voy a
recordá! Cuando pase por aquí otra persona, de esas tantas que andan perdías
por la vida, buscando un rayito de luz pa’ entendé pues de que se trata, voy a
tené una cosa más que mostrale. Un pañuelito, caray con historia…que puede
empezá…que puede empezá así, como aquel cuento pues, de la mujercita que se le
perdió el zapato. (Se coloca dispuesto a iniciar una nueva
acción)…..Señorita..Señorita. Mire es con usted. Sin con usted, la del pelo
negro. Ajá mire se le cayó el pañuelo. ¡Ah! ¿ Es de usted verdad? Eso me alivia
aquí en el corazón, haberla encontraó de nuevo, porque, bueno es verdad, yo no
soy así como un príncipe, pero esa noche que usted pasó conmigo…fue…fue. ¿Cómo
le digo? Fue como sentí que los cartones que uno recoge, y las latas, pues,
tienen un fin, que toas estas cosas que yo guardo pueden se’ de dos. ¿Usted me
entiende verdad? porque después de aquel baile, ¿Se acuerda? Donde yo le pisaba
los pies pues, y usted me habló de su muchachito perdío yo creí que usted había
entendío todo lo que yo le había dao. Que no era mucho pues. Es verdad, pero yo
creí que podíamos decí que habíamos amanecío Tocaos de la luna.
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